Mis manos heladas
rondan
el fuego que no quema,
la humedad que si moja.
Mi espalda se hace curva
y pierdo la mirada del techo.
Mis manos
Acarician.
Mis manos
envuelven
el calambre en mis pies,
el gemelo montado
mi clítoris desecho.
Nado en mis manos,
desato el corazón
y ardiendo muero.